¿Qué hacer, como padres, ante el acoso escolar?

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El acoso escolar se define como la acción repetida de acoso u hostigamiento entre dos alumnos/as o entre un alumno/a y un grupo de compañeros en el cual la víctima está en situación de inferioridad respecto al agresor o agresores. Según los últimos estudios, el bullying o acoso escolar, puede dejar secuelas psicológicas similares a las de un abuso (Espelage & Sung Hong, 2016).

Existen diferentes formas de acoso, puede ser bien verbal (insultos, motes, humillaciones, etc.) el físico (peleas, patadas, puñetazos, ruptura de objetos personales, etc.) el psicológico (amenazas, manipulaciones, etc.) y el social (aisalmiento, ignorar, rechazo…).

Es complicado explicar por qué se producen estas situaciones, sabemos que amanece en Educación Primaria y se acentúa en torno a los 12-15 años. Las agresiones empiezan generalmente con disputas verbales (motes, insultos) y si el agresor o los agresores observan que el alumno no se defiende o no tiene apoyos, tiende a aumentar.

Aunque no hay un perfil determinado de agresor o de víctima, sí que encontramos ciertos patrones orientativos: falta de empatía en la figura del agresor o un ambiente sobreprotector en el perfil de la víctima, en el que la asertividad no está tan desarrollada y le cuesta marcar los límites y hacerse respetar.

Cualquiera de las dos opciones es estar en el problema y es igual de importante impedir que el acosador siga acosando, como que la víctima siga sufriendo.

¿Qué se puede hacer como padre para detener o evitar la situación?

Una vez que se conoce el problema, se debe actuar en asociación con el centro educativo y mostrar a la víctima, que tiene nuestro total apoyo y que puede confiar en nosotros. Los niños deben de saber, sean víctima o meros espectadores en el aula, que informar al colegio o los padres no es chivarse sino es ser justo y pedir ayuda.

Si no nos ha contado nada pero observamos  cambios de conducta como por ejemplo absentismo o evitación a la hora de ir al colegio, una reducción de su interacción social, si se nota cierta tristeza, ansiedad o ha empeorado su rendimiento académico, es el momento de hablar con él/ella para conocer qué está ocurriendo. Igualmente hay que estar atento si pierde o rompe material escolar o dinero, si le duele frecuentemente la cabeza o el estómago, si pierde peso y apetito o si tiene pesadillas.

Con los adolescentes es algo más complicado la actuación de los padres y éstos dudan si intervenir o no, a veces los adolescentes no quieren que sus padres intervengan en el conflicto porque sienten que esto podría empeorar la situación, pero siempre ha de mostrarse total apoyo y comprensión. Todas las decisiones se tomarán consultándole a él y dándole la seguridad de que  será partícipe de la resolución del conflicto, para que no tema represalias ni piense que alguien lo está haciendo por él. Reforzar su autoestima, va a ser una actividad importante en donde habrá que  recordarle sus virtudes y sus logros, las cosas que ha hecho bien hasta ahora y las fortalezas que le pueden ayudar a resolver conflictos futuros.

Los pasos que podríamos seguir serían los siguientes:

  1. Conocer con detalle los hechos: escucha al niño sin interrumpir, toda la situación, pregúntale por sus sentimientos y valóraselos (“entiendo que estés asustado yo también lo estaría si…”)
  2. Ponerse en contacto con el profesor, con la dirección del colegio y con el jefe de estudios para explicarles lo que ocurre y que puedan poner en marcha el protocolo de actuación.
  3. No fomentar agresividad ni venganza en el niño, podría empeorar la situación
  4. Enseñarle la importancia de ser asertivo: saber decir que no, ignorar las provocaciones verbales, mantener la calma, actuar firme, sin temor, responder sin insultar, etc. y también enseñarle cómo hacerlo, ponerle ejemplos de situaciones alternativas y que las practique poco a poco ( primero rol playing, luego con amigos o hermanos, luego con conocidos, etc..)
  5. Si el acoso no se detiene y/o aumenta, ponerse en contacto con un abogado.
  6. Dependiendo del grado de ansiedad y de miedo un psicólogo puede ser de ayuda tanto al niño como a la familia para conocer pautas de cómo actuar en la situación
  7. Es importante mantener la calma y ser positivo, pensando siempre en soluciones

También es interesante enriquecer la vida del chico con nuevas oportunidades: animarle a que realice a alguna actividad que le interese fuera del colegio de forma que pueda establecer nuevas amistades y se sienta más seguro, acompañado y con mejor autoestima.

Trabajar a autoestima, la asertividad y la seguridad en sí mismo son asignaturas que debemos de tener en cuenta en el día a día de los pequeños, ya que son una base importante de sus logros y relaciones futuras.

 

Espelage, D. & Sung Hong, J. (2016) Recollections of childhood bullying and multiple forms of victimization: correlates with psychological functioning among college students. Social Psychology of Education (1-14)

 

Teresa Gallego Álvarez

Doctora en psicología

Gabinete de psicología y salud. CUÁNTICA

C/ Vargas 55A 3º

Santander (Cantabria)

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