¿cómo lograr mis objetivos?

Gestión del tiempo santander

Mockup objetivo

Fijarnos objetivos es fundamental para el desarrollo de la persona, ayuda a tener una expectativa para avanzar y fomenta el crecimiento de la autoestima a medida que vamos logrando pequeños éxitos. El tener una idea de a dónde me dirijo, ayuda a darle una dirección a nuestra vida y el ir acercándonos a ella nos da energía y motivación, sensación de capacidad y de valor.

El tener una meta, bien sea laboral, familiar, social, etc… nos da coherencia y motivación para que nuestro día a día tenga un rumbo y nos ayuda a que nuestra autoestima se mantenga sana.

Está bien puntualizar que no es lo mismo tener un objetivo, que cumplir un sueño. Últimamente leo con bastante asiduidad esto de “cumple tus sueños” animando a todo el mundo a que se lance a por aquello que desea. Pero los sueños son deseos que pueden llevarse a cabo… o no. Por ello yo animo a poner los pies sobre la tierra y plantearnos un “logra tus metas”. Las metas tienen objetivos tangibles y se pueden lograr con más o menos esfuerzo. Normalmente nos involucramos en su consecución porque las percibimos como algo que podemos alcanzar. Cuando hablamos de objetivos, o metas, no olvidemos sus características.  Éstas son:

Medibles: tenemos que saber medir cómo lo estamos logrando

Específicas: son conductas concretas

Tiempo: se pueden conseguir en un tiempo determinado.

Alcanzables: son realistas

Podemos diferenciar objetivos a corto plazo, como lograr algo este año o el que viene, o a medio/largo plazo: escribir un libro, sacar una oposición, tener una familia. Todos, tanto corto como largo plazo requieren de tener pequeñas metas que nos indiquen que el camino que estamos haciendo nos lleva al objetivo. Además todos tienen que tener pequeños refuerzos que nos anime a seguir adelante, si no la motivación y constancia disminuyen y con ellos la probabilidad de logro.

En los objetivos más amplios, no podemos olvidar que los objetivos son personales, y diferentes: para unas personas su objetivo puede estar vinculado a la agricultura y para otros a construir maquetas y lo ideal es que pudiéramos tener un objetivo principal y también otras metas por área de la vida, de tal forma que si un rol desaparece, tengamos más expectativas. Por ejemplo no vincular toda mi energía al deporte o a mi pareja, porque si me lesiono o quedo viudo/a, con ello se va mi único objetivo. Puedo querer ganas una medalla olímpica y además, tener una familia, o escribir un libro o ayudar a entrenar a otros.

¿Cómo puedo saber qué es exactamente lo que quiero?

Si no tienes claro el rumbo, jamás podrás llegar. Piensa ¿qué es importante para ti? ¿cuáles son tus valores, lo más fundamental de tus creencias? Si sólo pudiese hacer una cosa en tu vida ¿cuál sería? ¿y si fueran dos?

Podemos observar qué nos gustaría ser…como nos gustaría vernos, Para ello podemos hacer un ejercicio, se llama la carta desde el futuro” y la podéis descargar aquí.

¿y cómo empiezo?

Muy bien, valora dónde estás y a dónde quieres llegar. ¿Cuál es el primer paso? ¿cuándo podrías empezar? ¿cuál es el siguiente paso? Y cuándo lo harás…. Hacer paso a paso un plan de acción nos ayuda a ver la dirección a seguir y a no complicarnos durante el camino. Es una guía que nos indica:

– Qué hacer

– Cuándo lo vamos a hacer

– Qué recursos necesitamos para ello.

Es importante la temporalidad: marcar cuándo nos vamos a poner a ello y qué tiempo vamos a sacar para poder llevarlo a cabo. Si es un proyecto integrado dentro de nuestra rutina, debemos de saber cuándo podemos dedicarle cuánto tiempo: esto se trabaja con gestión del tiempo y sus técnicas.

Date un refuerzo: puede ser material, de descanso, personal, contárselo a alguien, cualquier cosa te ayude a sentirte bien con lo que estás logrando y que te anime a seguir adelante.

Comprométete firmemente con llegar a ello, o al menos con no abandonar hasta que no percibas que ya has “sobrepasado la mitad del camino”

Pide ayuda o consejo a profesionales si quieres emplear técnicas concretas: Pomodoro, DAFO, plan de acción, Matrices, etc… esto también ayuda a lograrlo y a comprometerte a llevarlo a cabo.

No te rindas, cuando veas que no puedes mal, sólo haz otro poquito.

Y cuando lo logres…., ayuda a otros a que ellos también consigan sus objetivos.

Teresa Gallego Álvarez
Doctora en psicología
Gabinete de psicología y salud. CUÁNTICA
C/ Vargas 55A 3º
Santander (Cantabria)

¿Qué nos dice Facebook sobre nuestra personalidad?

redes sociales psicología

adolescentes

Dado que el Facebook es un recurso muy utilizado que facilita el contacto con otras personas, cuyo fin último es fomentar las relaciones sociales y en él nos describimos de la forma en que nos vemos o nos gustaría que nos vieran, parece tentador poder realizar un análisis de la personalidad en función de cómo utilizamos este, podríamos preguntarnos numerosas cuestiones como ¿los estados que escribimos dicen algo de nosotros mismos?

Según un artículo publicado por Marshall, T, Lefringhausen, K & Ferenci, N (2015) “The Big Five, self-esteem and narcisism as precdictors of the topics people write about in Facebook status update” Elselvier. 85 parece que sí es posible correlacionar algunos aspectos de las redes sociales con nuestros perfiles de personalidad, encontrando:

– que las personas extrovertidas, aquellas que prefieren conocer gente nueva, que son abiertas, actualizan el estado con más frecuencia remarcando sus actividades sociales y de la vida cotidiana

– las personas que puntuaban con apertura hacia la experiencia; es decir, que les gusta probar cosas nuevas, creativas, dinámicas, eran más propensos a actualizar sobre temas intelectuales;

– los participantes con baja autoestima eran más propensos a actualizar sobre sus estados de pareja de forma romántica,

– mientras que los que mostraban más responsabilidad, más organizados, reflexivos parecen más propensos a actualizar sobre sus hijos.

Así mismo relatan los autores que los sujetos con puntuaciones altas en narcisismo utilizaban el estado del facebook para llamar la atención y validación de sus logros, así como su rutina de dieta y ejercicio.

En esta línea, Mehdizadeh S. de la Universidad York de Toronto en Ciberpsicología, comportamiento y redes sociales señala que éstos son quienes más utilizan Facebook, ya que en este medio poseen la capacidad de controlar con más facilidad la imagen que dan hacia el exterior, tanto física como psicológica.

Es curioso el poder entender cómo casi de forma inconsciente mostramos a los demás con cada publicación en nuestro muro, ya no sólo sobre nuestros gustos o aficiones, sino aspectos más complejos de nosotros mismos

En mi opinión, esto puede ser beneficioso, o no. Es quizás positivo en la medida en que podemos entender por qué la gente escribe sobre ciertos temas en Facebook, que puede haber detrás y cómo la forma en que interactuemos con esos estados facilita que esto sea socialmente gratificante o excluyente y la persona siga actuando así o cambie de estrategia.

Es positivo también en cuanto nos ayuda a conocernos mejor y a ser conscientes de la información que aportamos al resto (conocidos y en ocasiones, no tan conocidos).

Pero también puede hacernos cuestionarnos la utilización tan habitual de estos medios y las publicaciones constantes que hacemos, qué mensajes estamos enviando o que percepción estamos dando a los demás, ¿es la imagen que queremos dar? muchas personas van a interactura más con nosotros a través de las redes que de forma directa y el hecho de cómo mostremos nuestra imagen facilitará que tengan una idea u otra. Las redes sociales se transforman en nuestra tarjeta de visita y esto puede influir a muchos ámbitos de nuestra vida.

Tras leer estos estudios, entre otros, yo he vuelto a observar mi propio perfil y me he preguntado ¿qué imagen doy? ¿qué dice de mí?

Quizás podemos observarnos desde fuera y reflexionar

Rereferencias:

http://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S0191886915003025

http://www.scientificamerican.com/article/status-update-im-so-glamorous/

Teresa Gallego Álvarez
Doctora en psicología
Gabinete de psicología y salud. CUÁNTICA
C/ Vargas 55A 3º
Santander (Cantabria)

La navidad, una época para las buenas emociones

bolas navidad

La navidad ha sido, a lo largo del tiempo, una época en la que las emociones positivas salen a la luz, a través de deseos e ilusiones. Enviar cartas a quienes se encuentra lejos, preparar los regalos y establecer el ambiente de magia para los más pequeños, reunir seres queridos con la idea de pasar unos momentos buenos y divertidos, las fiestas se transforman en un momento cargado de emociones y sentimientos que nos traen recuerdos, cariño, reencuentros, sorpresas, alegría, aunque también tristeza en algunas ocasiones, pero sobretodo es una época especial en la que las emociones están a flor de piel.

La navidad es también un momento estupendo para mirar atrás y ver todo aquello que hemos logrado, cómo hemos madurado en el último año, que cosas hemos hecho, como hemos avanzado… es un momento también para plantearnos un cambio de ritmo o de rumbo en nuestras vidas. Es el momento de pensar en hacer algo diferente, en plantearnos el siguiente año con más optimismo, con más motivación para hacer aquello que nos gusta o lo que hemos querido hacer y nunca tenemos tiempo. Es el tiempo perfecto para atender a aquello que nos guíe hacia las metas de quiénes queremos ser. Es una oportunidad para empezar a controlar o detener nuestras emociones negativas: nuestros miedos, nuestros rencores, nuestra angustia, nuestras preocupaciones, ahora podemos empezar a ser de verdad, el dueño de nuestra vida, porque esto sólo depende de nosotros y de nuestra gestión emocional.

Nuestras emociones dependen en gran medida de nosotros mismos, y por ello, es algo que está bajo nuestro control, podemos cambiar las emociones, podemos variar la forma en que interpretamos las cosas y gracias a esto conseguir mayor bienestar. Muchas veces la realidad no es más realidad que la que nosotros generamos con nuestra forma de pensar y por ello, es momento de ajustar nuestras «gafas» con las que vemos el mundo, hacia una realidad más satisfactoria.

El pensamiento es por lo tanto piedara angular  en el control emocional, por ello debemos de hacer que juegue a nuestro favor y que nos facilite ser felices. Desechemos los pensamientos centrados en los aspectos negativos, los «no puedo», los «debería», el pensamiento que siempre nos dice que algo va a salir mal, o aquel que facilita que nos angustiemos sin motivo real. Usemos la Navidad para iniciar el cambio y que, cuando las emociones negativas amanezcan, nos sirvan como guía de qué cosas tenemos que cambiar.

Las fiestas nos ayudan a observar que asuntos tenemos aún sin resolver, conocer cómo están las personas a las que queremos, pensar porque ocurren determinadas cosas y empezar a reaccionar de forma diferente para generar un cambio positivo: ¿porqué no hacemos este año algo diferente? ¿porqué no nos adelantamos a aquella cosa que suele generar conflicto y provocamos que no ocurra o que ocurra de forma distinta? ¿porqué no aprovechamos a quienes tenemos al lado y les transmitimos lo que les valoramos y queremos?

Por último ¿porqué no empezamos desde esta navidad a cambiar nuestro pensamiento de modo más positivo y resolutivo? ¿porqué no aprovechar la navidad para escuchar a nuestras emociones y plantearnos un objetivo para el siguiente año: acercarnos a lo que nos hace felices y alejarnos de aquello que nos lo impide?

Eschucha tus emociones durante las fiestas y observa qué te hace feliz, que cosas has conseguido, cuáles han sido tus logros y que cualidades posees que te ayudan en la vida.

También qué sentimientos son los que te angustian, las que no te dejan avanzar. Apunta en un papel aquellas emociones que quieras cambiar y pregúntate como lo harás y cómo te sentiras cuando lo hayas logrado. Quema las emociones negativas y piensa «este año empiezo a ser quien quiero ser».

Teresa Gallego Álvarez
Doctora en psicología
Gabinete de psicología y salud. CUÁNTICA
C/ Vargas 55A 3º
Santander (Cantabria)
 

La adolescencia: un desafío a superar

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La transición a la edad adulta no es una transformación brusca de un organismo o un estatus que aparezca de la noche a la mañana sino un periodo continuo donde el niño poco a poco, se va convirtiendo en el adulto que será. Esto conlleva la necesidad de ver la adolescencia como un reto y no como un conflicto.

Muchas veces, los padres ven a los adolescentes tempranos como un niño que en vez de crecer, ha perdido madurez respecto a la etapa anterior: antes era más obediente, respetaba más a sus padres, era más aplicado y atento, etc. pero esto es algo que viene incluido en la necesidad de crecer, porque el nuevo joven está “intentando hacerse mayor” y no sabe aún cómo hacerlo. Por eso responde con frecuencia a sus padres, para hacerse valer; o es menos interesado en las actividades que antes porque ahora puede elegir sus propias motivaciones; y exige tomar distancia de la familia y desobedece, porque puede reconsiderar la validez de las reglas establecidas.

El adolescente busca el éxito a corto plazo, porque necesita reafirmar su autoestima, y esto se traduce en impaciencia, intentando encontrar soluciones absolutas y rápidas a las cuestiones que se le presentan.

A partir de los 12 años, comienza su periodo autónomo, lo que será el núcleo de la madurez personal. A lo largo de este periodo el chico comete errores e incurre en defectos, pero este es el riesgo inevitable de la libertad.

A medida que se hace mayor, el adolescente irá descubriendo quién es él y podrá revisar su identidad. Podrá plantearse preguntas sobre los objetivos que quiere lograr en la vida, quién quiere ser, cuál es su orientación sexual, sus valores, sus principios, cóm quiere que lo vean los demás, etc. Son muchas oportunidades obligadas de crecimietno al que hacer frente en tan corto periodo de tiempo.

El hijo adolescente necesita saber que la libertad no significa saltarse las normas y las reglas, sino la capacidad de adquirir nuevas responsabilidades, de hacer lo que no gusta, de asumir las consecuencias de las decisiones propias. La libertad conlleva más responsabilidad.

¿Qué podemos hacer para trabajar con los adolescentes?

  • Fomentarles el crecimiento y las ganas de ser independientes, evitando ser cómplices de aquellos hijos que ven la casa paterna como un refugio permanente, fomentándoles el esfuerzo por conseguir lo que quieren, el ahorro, la responsabilidad y aceptación y animándoles a crear su propia identidad.
  • Haciéndoles partícipes de determinados “deberes” en el hogar, así como de las normas y de las reglas.
  • Favorecer que se impliquen en organizaciones y voluntariados, en actividades culturales o deportes que les ayude a encontrar sus propios gustos y ayudarles a que se abran a los demás.
  • Ayudarle a que sea más realista: buscando información relacionada con alguno de sus intereses, que hable con profesionales de cara a su futuro, que pruebe en vacaciones hobbies o profesiones a las que pueda acceder de forma voluntaria o mediante prácticas, que investigue para sacar sus conslusiones.
  • Ayudarle a cambiar su forma de pensar si no es realista («nunca»,»siempre»,»cada», «blanco o negro», «etc.), hacia unos patrones más adaptativos que le ayuden a pensar de forma objetiva.
  • Fomentar en los hijos la actitud de no precipitarse en la toma de decisiones relacionadas con el futuro, que se tomen su tiempo para experimentar nuevos roles, que piensen las alternativas y cómo se pueden solucionar los problemas de forma más creativa si hasta ahora no ha dado resultado lo planteado.
  • Entender la adolescencia como un reto, no como una amenaza contra la que hay que luchar y que un día “pasará”. Hay que ayudar en oportunidades al desarrollo de la identidad y la valía personal. Necesitan ir adaptándose al nuevo contexto con apoyo pero también con independencia y esta ambivalencia muchas veces genera problemas ¿hasta dónde poner los límites? ¿qué está permitido y que no?
  • Aceptar al hijo como es. Muchas veces este hijo no va a cumplir nuestras expectativas y de esto debemos de ser conscientes para poder aceptarle tal cual es. Mantener un hogar cálido y de confianza, comprensión y aprecio, donde tenga oportunidades de sentirse valorado.
Teresa Gallego Álvarez
Doctora en psicología
Gabinete de psicología y salud. CUÁNTICA
C/ Vargas 55A 3º
Santander (Cantabria)
 
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