La llegada de un segundo hijo

Cuando llega un bebé se producen muchos cambios tanto en la familia, como en la pareja, en las rutinas o en la organización del hogar, con gran dedicación a los preparativos y en cubrir las necesidades del recién llegado.

Cuando además el bebé no es el primer niño, todos estos cambios afectan en gran medida al hermano mayor que puede recibir el acontecimiento de diversas formas. La aprobación dependerá en gran medida de cómo se le explique al niño el proceso del embarazo, y lo ideal es intentar implicarlo en el mismo, evitando que sienta desplazado, menos querido o menos atendido y que su reacción sea negativa ante tal suceso.

La educación de los niños no es fácil y hacer entender a un niño que a partir de ahora compartirá casa, padres y familia con otro que viene de camino, no es tarea sencilla.

Algunas pautas para evitar los celos entre los hermanos, pueden ser las siguientes:

Hacia el quinto o sexto mes de embarazo, es aconsejable explicar al niño la futura llegada del nuevo hermano, haciendo al niño participe del proceso. Para ello, es importante asignarle tareas de responsabilidad, la presencia del bebé como “nuestro”, que sienta las patadas o el movimiento, que tenga iniciativa para poner música en la tripa para su hermano, ilustrarle con cuentos, etc.

Es recomendable, así mismo, que el niño visite a su madre y al nuevo bebé tras el parto y que reciba atención haciendo partícipe y casi protagonista de la situación, pedirle ayuda si el niño está dispuesto, e implicarle en el cuidado del nuevo hermano.

De ahí en adelante, es importante hacer del hermano mayor un colaborador en el cuidado de su hermanito. Algunas pautas para afrontar esta nueva situación son las siguientes:

  • Reforzad todo lo que el niño haga para cuidar a su nuevo hermano y expresarle lo delicado que es, regañando si es necesario un comportamiento agresivo.
  • Premiad las conductas positivas, las ideas nuevas, las acciones espontáneas de participación.
  • Evitad las comparaciones. Cada niño es diferente y no puede ser comparado.
  • Estableced momentos de relación exclusiva con cada uno, hablando de sus sentimientos, de sus vivencias y experiencias.
  • Así mismo, hay que dejarles tiempo para que jueguen a solas ya que esto puede hacer más fuerta la unión.

Puede ser normal que aparezcan regresiones, como incontinencia urinaria, chuparse el dedo, un comportamiento infantil, etc.  pero no hay que darle excesiva importancia porque generalmente son momentáneos. La familia debe de formar un pilar, un grupo unido. Realizad actividades que adhieran a los miembros, donde cada uno tenga su papel y función.

 

 
Teresa Gallego Álvarez
Doctora en psicología
Gabinete de psicologia y salud. CUANTICA
C/ Vargas 55A  3ºB
Santander (Cantabria)

 

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